El guitarrista graba un video en exclusiva para EL PAÍS con ‘Preludio al atardecer’, una obra desconocida del autor del ‘Concierto de Aranjuez’
Si existe una obra que abrió todo un mundo para Juan Manuel Cañizares fue el Concierto de Aranjuez. Se la escuchaba tocar entre bastidores a su maestro, Paco de Lucía. La pieza de Joaquín Rodrigo conformaba la primera parte de un programa en la que el músico la interpretaba de inicio y luego entraba el propio Cañizares, junto a más guitarristas, a darle al repertorio flamenco. Fue en el año 1991 y desde entonces, el intérprete, se obsesionó con ella y su compositor.
Con el tiempo, Cañizares llegó a un punto de maestría tal con la pieza que fue invitado por Simon Rattle para tocarla junto a la considerada mejor orquesta del mundo, la Filarmónica de Berlín, veinte años después. Es el único guitarrista flamenco que ha sido invitado por la formación alemana hasta la fecha. El conocimiento que el maestro tiene de la obra de Rodrigo le ha conducido a no dejar de indagar en él, incluso a dedicar una composición a la memoria del creador, muerto en 1999: su Concierto Mediterráneo. Cuestión de agradecimiento hacia quien ha llevado el repertorio de guitarra clásica por todo el mundo.
Queda poco por descubrir de su obra. Pero en el nuevo disco del guitarrista, Rodrigo por Cañizares, que sale mañana miércoles a la venta aparece una sorpresa: Preludio al atardecer. “Se trata de una obra de juventud, compuesta en 1926, con la inspiración de la Alhambra y reminiscencias y ecos flamencos”, asegura el guitarrista. Fue descubierta en 2018 por el estudioso Javier Suárez Pajares y nada más tener noticia del mismo, Cecilia Rodrigo, hija del músico, se la ofreció a Cañizares para escucharla de su mano.
“Por eso he tenido el privilegio y el honor de interpretarla por primera vez en la historia”, comenta el guitarrista, que ha querido estrenarla a nivel mundial con un video para EL PAÍS. Fue grabado la pasada semana en el Teatro Real, un escenario que a Cañizares le trae suerte y buenos recuerdos, ya que fue allí donde interpretó el Concierto de Aranjuez con la Filarmónica de Berlín.