Miles de personas vuelven a salir a la calle en el décimo sábado de protestas pese al debate nacional lanzado por Macron
Miles de chalecos amarillos volvieron a movilizarse un sábado más, el décimo, en ciudades de toda Francia, pese al inicio esta semana del “gran debate nacional” lanzado por el presidente Emmanuel Macron para tratar de desactivar la protesta. La iniciativa del presidente consiste en que los ciudadanos hagan propuestas al Gobierno en busca de un nuevo “contrato social”. Salvo algunos incidentes, las protestas fueron pacíficas, en medio de un nuevo fuerte despliegue policial.
Bajo el grito recurrente de «Macron dimisión», unas 84.000 personas salieron a las calles un sábado más, según cifras del Ministerio del Interior, en toda Francia. Es una cifra similar a la de la semana pasada. Lo único que cambia es el eje de las protestas, más fuertes esta vez en Toulouse (10.000 personas) que en París, que con 7.000 manifestantes fue algo menor que el sábado previo. En cualquier caso, son cifras muy por debajo de los más de 280.000 que llegaron a congregar en el punto álgido de las protestas, entre finales de noviembre y comienzos de diciembre. Aun así, son una muestra de que al menos una parte de este movimiento social surgido en protesta por el aumento de la tasa del carburante —ya anulada— y por lo que consideran una pérdida de su poder adquisitivo se resiste a disolverse pese a las concesiones del Gobierno y a la fatiga misma de parte de sus integrantes.
Macron lanzó esta semana el “gran debate nacional”, encuentros organizados por alcaldes y ciudadanos en todo el país durante los próximos dos meses en los que los participantes son alentados a discutir de todo lo que consideran no marcha bien en Francia, especialmente en torno a cuatro ejes: fiscalidad y gasto público; organización de los servicios públicos; transición ecológica y democracia y ciudadanía.
El propio presidente inauguró los debates con dos sesiones maratonianas —más de seis horas y media de intercambios— con alcaldes en Normandía y en Occitania. El reto sin embargo es la participación ciudadana en este formato.
Según el último sondeo, realizado por Odoxa Dentsu para Le Figaro, el apoyo a los chalecos amarillos es aún fuerte, pero “continúa erosionándose”, hasta situarse en 51%, un punto menos que hace una semana y 15 menos que a finales de noviembre. Mientras, la aceptación del “gran debate nacional” estaría despuntando. Prácticamente todos los franceses (94%) han escuchado ya hablar del debate y la mayoría sabe en qué consiste (62%, 28 puntos más que hace una semana). Un tercio de los franceses, 29%, se declara dispuesto a participar y son cada vez más (35%, seis puntos más) los que creen que la consulta producirá medidas útiles y será realizada de manera independiente (29%, ocho puntos más). Con todo, señaló Figaro, los franceses convencidos de su utilidad e imparcialidad siguen siendo minoritarios. “El Gobierno y los funcionarios electos de la mayoría todavía tienen trabajo para convencer” a los franceses, dijo la directora general de Odoxa, Céline Bracq.
Uno de los dos ministros encargados de coordinar los debates, Sébastien Lecornu, anunció este sábado que ya han sido convocados más de 500 encuentros en los próximos días en todo el país. Los franceses tienen tiempo hasta el 15 de marzo para participar en estos intercambios, en los que Macron ha prometido que “no habrá tabúes”, aunque el Gobierno sigue reticente a dar marcha atrás en su rumbo de reformas y en medidas muy criticadas por los chalecos amarillos como la abolición del impuesto sobre la fortuna (ISF).