Una obra sobre el movimiento estudiantil antifranquista gana el Premio Comillas

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‘A finales de enero’, de Javier Padilla, recoge la historia de amor que entrelazó la vida de los activistas Enrique Ruano, Dolores González y Francisco Javier Sauquillo

La obra A finales de enero, del malagueño Javier Padilla Moreno-Torres, se ha alzado este viernes con el Premio Comillas de Historia, Biografía y Memorias en su 31ª edición, ha informado Tusquets Editores en un comunicado. El jurado ha concedido el galardón a este libro por «su reconstrucción minuciosa de los avatares del movimiento estudiantil antifranquista de los años sesenta, a partir de la emocionante y dolorosa historia de amor que entrelazó la vida de Enrique Ruano, Dolores González y Francisco Javier Sauquillo». Los tres eran activistas del Frente de Liberación Popular (FLP, conocido popularmente como FELIPE), organización política que propugnaba la revolución comunista.

Quizás sorprende que un joven como Padilla, nacido en 1992 y que no es historiador de formación, se haya alzado con un galardón que suele distinguir autores (historiadores y escritores) de relumbre. «No soy historiador, pero he investigado para mis trabajos, y he seguido los estándares académicos. Eso sí, el libro está escrito en una perspectiva quizás más profana». Padilla es graduado en Derecho y Administración de Empresas por la Universidad Autónoma de Madrid y máster en Filosofía y Políticas Públicas por la London School of Economics. Además, ha colaborado para instituciones como la Comisión Europea, el Ministerio de Asuntos Exteriores y las Naciones Unidas y escrito artículos para Letras Libres, Politikon o El Periódico de Catalunya, entre otros medios.

El ganador explica que se interesó por este capítulo del pasado reciente de España hace un par de años, durante una «conversación casual en la que salió el nombre de Dolores González con motivo de cumplirse el primer año de su fallecimiento». González, que murió el 27 de enero de 2015, fue, primero novia de Ruano y, tras la muerte de este en extrañas circunstancias a manos de la policía franquista, fue esposa de Sauquillo, asesinado en la Matanza de Atocha, el 24 de enero de 1977, cuando pistoleros de extrema derecha atentaron contra abogados laboralistas en su despacho del centro de Madrid. Ese fue el gran «drama» de González. Los dos hombres que amó murieron abruptamente. Una tragedia que ninguno de ellos podía imaginar cuando posaron para la fotografía que ilustra este artículo, sonrientes, camino de la universidad.

«No le habría dedicado un libro a unos hechos ya conocidos», dice Padilla por teléfono sobre las revueltas estudiantiles o la Matanza de Atocha. «Fue la historia entre los tres lo que me interesó e investigué». En esa zambullida en el pasado ha sido «clave la figura de Margot Ruano, hermana de Enrique». Este era un estudiante de Derecho que murió el 20 de enero de 1969, tras caer desde un séptimo piso, que era propiedad de su familia, mientras estaba custodiado por tres policías de la Brigada Político Social de Franco, en Madrid.

Dolores González y Francisco Javier Sauquillo, abogados laboralistas, estuvieron, ocho años después, entre las víctimas de la Matanza de Atocha de 1977, el atentado cometido por pistoleros de extrema derecha en el centro de Madrid, la noche del 24 de enero de ese año, en plena Transición democrática. Ella resultó gravemente herida y él murió al protegerla con su cuerpo de los disparos de los terroristas. Hubo cuatro heridos y cinco muertos.

«He investigado en numerosos archivos, como el General de la Administración» (Alcalá de Henares) o personales como el de Torcuato Luca de Tena, entonces director del diario Abc. «Cuando Enrique Ruano murió, Luca de Tena publicó unas notas que le habían encontrado al cadáver en las que se recogía sus visitas al psiquiatra Carlos Castilla del Pino para intentar concluir que estaba deprimido. Con ellas, el Abc quiso demostrar que Ruano se había suicidado. Esa era la tesis del régimen, que, en un descuido, el joven había conseguido zafarse de los tres agentes armados y se había precipitado al vacío. Padilla se leyó tanto el sumario del caso de Enrique Ruano como el del caso Atocha. «También he hecho más de 50 entrevistas a distintos personajes, desde Francisca Sauquillo, hermana mayor de Francisco Javier, a Fernando Savater».

Francisca Sauquillo recuerda aquella época, «en la que el franquismo temía no poder controlar la universidad». La muerte de Ruano «marcó un hito» en su generación. «Habían detenido a unos jóvenes que querían democratizar la sociedad no violentamente, eran entusiasmados». Mientras que lo ocurrido en Atocha «marcó la historia de España porque propició la legalización de los partidos». A la espera de la publicación del libro de Padilla, le parece «interesante que haya gente joven que recuerde a la juventud española aquellos hechos para que no vuelvan a cometerse».

El libro de Padilla arranca en 1963 y entre los episodios más importantes de los que se ocupa están las revueltas de 1968. Padilla reconstruye la vida de los tres protagonistas, dibujadas entre «cantautores, la poesía, el cine, sus actividades y lo que pensaban y leían». En su evolución política, González y Sauquillo se pasaron al PCE. El libro se «centra entonces en su labor como abogados laboralistas, las luchas internas del partido y el atentado de Atocha, en el que Javier murió y a ella le pegaron un tiro en la garganta». Desde entonces, la vida de Lola González fue «desafortunada, mientras que otras amigas suyas como Manuela Carmena [hoy alcaldesa de Madrid] o Cristina Almeida prosperaron». El autor subraya la paradoja de que, «a medida que el país se democratizó y avanzó, ella fue a peor. Tuvo problemas de salud, psicológicos, comía poco…».

De aquella etapa, a Padilla, un joven que ha nació el año de los Juegos Olímpicos y la Expo de Sevilla, y que ha crecido en el siglo XXI, le ha asombrado «lo distinto que era el Madrid de entonces y la capacidad de unas personas que se radicalizaron en un régimen dictatorial y tuvieron una historia triste. Me atrajo la manera en que se relacionan, se enamoran mientras intentan cambiar el mundo». De ese trío, apunta las disputas entre los dos hombres, «discutían» tanto por ideas políticas, como por los celos que despertaba en Javier la relación de Enrique con Lola».

Estas trágicas historias humanas, desarrolladas en un periodo histórico, han llevado al jurado a subrayar de A finales de enero «la oportunidad de un texto que aúna de forma magistral episodios del pasado político de España, las victorias y frustraciones que tejieron la Transición política española, con el trágico destino personal» de los protagonistas.

El libro de Padilla ha ganado el galardón en una edición en la que se presentaron 43 aspirantes. El premio consiste en una estatuilla de bronce diseñada por el artista Joaquín Camps y el anticipo sobre derechos de autor de 12.000 euros. El libro se publicará en marzo en la colección Tiempos de Memoria, de Tusquets Editores.

El jurado del premio estuvo presidido por el historiador José Álvarez Junco, al que acompañaron el periodista Miguel Ángel Aguilar, Francesc de Carreras, catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad Autónoma de Barcelona y articulista de EL PAÍS, el escritor y diplomático José María Ridao y, en representación de Tusquets editores, Josep Maria Ventosa. El Premio Comillas, creado en 1998, se convoca con el patrocinio del Fondo Antonio López Lamadrid, constituido en la Fundación José Manuel Lara. El pasado año, el ganador fue el historiador Emilio La Parra por su biografía sobre el rey Fernando VII.

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